domingo, 29 de noviembre de 2009

Publicidad...¿subliminal?

¡Hola a todos una vez más! Hoy nos centraremos en la publicidad de Apple, concretamente en dos anuncios de iPod.


Elegimos esta marca y su publicidad porque creemos que tras ella se esconde lo que llamamos publicidad subliminal. No es ninguna novedad decir que Apple es una marca líder en su campo, pero la cuestión es ¿por qué?
Cierto es que al hablar de la publicidad de Apple podemos hablar de publicidad de prestigio, decimos esto por su precio, que comparado con su gran competidor Windows, es considerado algo caro. Además, y centrándonos ya en los iPods, han conseguido crear una especie de clan.

Como se puede ver en las dos imágenes de arriba, el elemento fundamental de distinción de los reproductores iPod, son sus curiosos auriculares blancos.
Cuando vas andando por la calle y ves a alguien con auriculares blancos, automáticamente sabes que lleva un iPod. Otro elemento que distingue a los iPods de los demás reproductores mp3 o mp4, es su curioso diseño, un diseño moderno y sencillo pero diferente a todo lo demás. La rueda que tiene como centro del menú es algo único de esta marca. Miles de famosos salen a la calle cada día para hacer deporte, realizar sus compras, o simplemente a pasear a sus mascotas y no les faltan los auriculares blancos colgando de las orejas. Creemos que esto fomenta entre los seguidores de dichos famosos el comprar un iPod, así se sienten más próximos a sus ídolos, al menos ya tienen algo en común, ambos forman parte del clan iPod.

Centrándonos más en su logo, la famosa manzana mordida, hablaremos de la publicidad subliminal nombrada al principio. ¿Qué es lo que realmente nos atrae de esta marca? Pensamos que tal vez el único propósito al elegir como logotipo de marca una manzana mordida, podría ser la provocación, la atracción por lo prohibido, ya que nos recuerda a la vieja historia de Adán y Eva, en la cual la protagonista también era una manzana mordida. Cabe añadir el cuidadoso uso que hacen de las curvas, presentando su producto como un objeto tremendamente delicado… Esto nos puede recordar a la delicadeza de un cuerpo de mujer. Nosotros sí hemos mordido la manzana, ¿la morderás tú?

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