martes, 18 de mayo de 2010

Aspectos de la teoría crítica y el papel social de los medios

Agencia: Go Up! Enrique Dasí Fayos



Aspectos de la teoría crítica: Escuela de Frankfurt

El papel que juegan los medios de comunicación en la reproducción simbólica de violencia y de represión frente a diversas formas de cultura es muy importante a la hora de convencer y hacer creer a la sociedad un determinado concepto de ‘realidad’ y de pensamiento ante una idea establecida o un hecho en concreto.

Uno de los objetivos de la Escuela de Frankfurt, la cual se basa en la teoría crítica a los medios de comunicación de masas frente a su manipulación por las instituciones o estructuras de poder, es desmontar la realidad para desvelar el ‘poder invisible’ y la manipulación de la realidad ‘supuestamente’ objetiva. Marcuse, un continuador de la Teoría Crítica mantiene que el control del poder en la cultura es ejercido mediante la ‘sobrerrepresentación’, la presión y la seducción, un juego en el que los mass media tienen un papel esencial.

Con todo esto, nos hemos detenido para reflexionar sobre el papel tan importante que juegan los medios de comunicación de masas a la hora de establecer unos valores determinados sobre un hecho, noticia o proceso cultural relevante desde el punto de vista de nuestra cultura occidental. Pensamos que estos medios otorgan unos valores de opinión a la sociedad sobre temas concretos apoyándose de la repetición y la estandarización. Como bien señalan Adorno y Horkheimer, en su análisis del proceso de producción industrial de los bienes culturales y su difusión en los medios de comunicación. Ellos concluyen que este proceso modifica la relación de la sociedad actual con el consumo de mensajes culturales



Y el ejemplo más alarmante que hemos encontrado para definir este estado de ‘poder’ que tienen los medios de comunicación sobre la sociedad occidental es el de la invasión del país de Irak, que se ha llevado a cabo desde el año 2003 por parte de los gobiernos occidentales abanderados por el estadounidense.

El papel que jugaron los medios de comunicación de masas a la hora de vender una ‘justificada’ invasión de este país por parte de los gobiernos de nuestras sociedades occidentales fue clave.

Los medios, olvidando su capacidad de análisis y su obligación de informar objetivamente al ciudadano, se limitó a obedecer al gobierno que estaba en el poder transmitiendo los mensajes que dicho gobierno lanzó a la opinión pública. En este caso, encontramos el ejemplo más claro en la repetición que dichos medios difundieron de que en Irak se habían detectado armas de destrucción masiva que ponían en peligro la integridad de las personas del mundo occidental.

Varios fueron los iconos y mensajes que se repitieron constantemente en telediarios y programaciones especiales por parte de los medios de comunicación de masas para reforzar el convencimiento de la ‘justa’ invasión del pueblo Irakí. La figura de Sadam Hussein también fue determinante para apoyarse en la justificación de dicha invasión ya que se acababa con el régimen de un dictador (precisamente su imagen ahorcado fue difundida por todos los medios occidentales durante días).
Así pues, sólo los medios de comunicación se encargaron de orquestar dicha invasión a través de la repetición de estas imágenes.

Pero el antecedente de toda esta reproducción de hechos se encuentra en el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, detonador principal de la posterior invasión de Irak. Esta noticia impulsada por la impactante espectacularidad y crudeza de sus imágenes fue la excusa perfecta para empezar esta ‘falsa guerra’. Se repitió en todos los medios de comunicación durante meses y así pues se cumplía lo que el refrán popular dice: Más vale una imagen que mil palabras. Los medios de comunicación ejercen su fuerza mediante la repetición de mensajes e imágenes, por ello, ésta fue la guindilla que permitió acabar de convencer al pueblo de que la invasión era lo mejor para los intereses de los ciudadanos, cuando la verdad era que el mayor interesado eran los gobiernos occidentales apoyados, eso sí, por los medios de comunicación.

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