domingo, 7 de febrero de 2010

Censura macabra


El fin de la dictadura en España supuso la desaparición de la represión y la censura sobre toda manifestación artística y cultural. Amaneció la movida madrileña, el destape, la complicidad colectiva... en fin, se dio rienda suelta a la libertad de expresión y con ello a la creatividad. Con el paso de los años parece que la censura en los medios de comunicación ha ido disminuyendo, la gente se ha ido acostumbrando poco a poco a ver sexo y violencia en los medios. Con la globalización de internet se acabaron las censuras, prácticamente todo el material público lo tenemos a nuestra disposición las 24 horas del día. Por este motivo es mucha la publicidad hecha por y para la red, porque en el momento en que un anuncio es efectivo es probable que los internautas sin darse cuenta se conviertan en nuestros propios relaciones públicas, ¡y encima gratis! Un chollo, vamos.

Claro, todo tiene sus desventajas, esta puerta abierta al mundo entero ha conseguido aumentar desorbitadamente la cantidad de publicidad, obligando a los publicitarios a calentarse la cabeza para dar con el mensaje apropiado para llegar a la gente, para captar su atención. Por ello el público es más exigente, quiere ideas nuevas, revolucionarias, y no todo el mundo sabe conseguirlo. Cuando un mensaje publicitario empieza a moverse por mail o redes sociales solo por lo gracioso o impactante que es, el realizador se puede dar por satisfecho ya que ha conseguido propagar el mensaje de forma incontrolable y encima llega a la gente por parte de sus amigos, familiares o conocidos, es decir, de personas que no tienen por qué hacer publicidad, este es el mejor método para crear un vínculo amistoso entre la marca y el cliente. Hay que apostar por la publicidad creativa, sin duda. Dejemos las reglas a un lado.

Pero ¿hasta qué punto podemos olvidar la censura? Esta semana hemos propuesto un par de fotografías publicitarias que desde nuestro punto de vista olvidan todas las reglas, buscan impacto, que se hablen de ellas, que se muevan por el mundo, y sin duda lo han conseguido. Por un lado tenemos una imagen que publicita la película Death Proof. Una película de Quentin Tarantino estrenada en 2007 que trata sobre un conductor psicópata que se dedica a matar a gente. El brazo cortado que aparece en la foto bien podría ser parte de la película, de un atropello. La fotografía parece sacada por alguien que pasaba por allí y le pareció curiosa la escena. Vemos a más gente sacando fotografías al brazo con la película en la mano; siniestro ¿no?

Por otro lado, en la línea de lo macabro, tenemos otra fotografía publicitaria de las pilas Energizer, un imagen imposible de publicar en ninguna revista o periódico, solo internet tiene un lugar para ella. Esta imagen es casi una hipérbole, tan exagerada que si no llega a ser porque aparece una persona muerta casi nos podría hacer hasta gracia. En ella se refleja la fuerza de las pilas, son tan potentes que se comparan con la electricidad. Pero el hecho de que se enseñe un cuerpo sin vida por culpa de un despiste o quizás un suicidio consigue una imagen desagradable, angustiosa, inquietante.

Sin duda son imágenes con mucha fuerza, que despiertan gran rechazo entre los espectadores, pero ¿Creéis que este tipo de publicidad es beneficiosa para la marca o que, al contrario, degrada su imagen hasta el punto de perder clientes? Por nuestra parte creemos que son imágenes demasiado duras que hay que tener calculado al milímetro cuáles pueden ser sus consecuencias. En este caso pensamos que la publicidad de Energizer ha sobrepasado los límites que un producto como el suyo puede marcarse pero la película Death Proof puede conseguir un gran impacto mediático favorable gracias a este anuncio, porque al fin y al cabo, es cine, son fotogramas, y ya todos sabemos quién es Tarantino.

Sentimos si ha podido herir la sensibilidad de alguien las imágenes propuestas pero abarcando el tema de la fotografía publicitaria no podíamos dejarlas escapar. ¡Hasta la semana que viene!

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